II Mac 10:30
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dos de dichos varones, tomando en medio al Macabeo, lo cubrían con sus armas, guardándole de recibir daño; y lanzaban dardos y rayos contra los enemigos, quienes envueltos en oscuridad y confusión, y llenos de espanto, iban cayendo por tierra,"
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II Mac 11:7
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Y el mismo Macabeo, tomando las armas el primero de todos, exhortó a los demás a exponerse como él a los peligros a fin de socorrer a sus hermanos.
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II Mac 11:8
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Mientras, pues, que iban marchando todos con ánimo denodado, se les apareció, al salir de Jerusalén , un personaje a caballo, que iba vestido de blanco, con armas de oro, y blandiendo la lanza.
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II Mac 11:12
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y pusieron en fuga a todos los demás, la mayor parte de los cuales escaparon heridos y despojados de sus armas, salvándose el mismo Lisias por medio de una vergonzosa fuga.
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II Mac 12:5
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Luego que Judas tuvo noticia de esta crueldad contra los de su nación, mandó tomar las armas a su gente, y después de invocar a Dios justo juez,
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II Mac 15:5
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Pues yo, les replicó él, soy poderoso sobre la tierra, y mando que se tomen las armas, y que se ejecuten las órdenes del rey. Mas a pesar de eso, no pudo Nicanor efectuar sus designios,
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II Mac 15:21
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considerando el Macabeo la multitud de hombres que venía a dejarse caer sobre ellos, y el aparato de armas, y la ferocidad de los elefantes, levantó las manos al cielo, invocando a aquel Señor que obra los prodigios; a aquel que, no según la fuerza de los ejércitos, sino según su voluntad, concede la victoria a los que la merecen.
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II Mac 15:28
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Concluido el combate, al tiempo que alegres se volvían ya, supieron que Nicanor con sus armas yacía tendido en el suelo.
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Jn 18:3
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Judas, pues, habiendo tomado una compañía de soldados y varios ministros que le dieron los sacerdotes y fariseos, fue allá con linternas, y hachas, y con armas.
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Rom 13:12
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La noche está ya muy avanzada, y va a llegar el día de la eternidad. Dejemos, pues, las sobras de las tinieblas, y revistámonos de las armas de la luz.
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II Cor 6:7
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con palabras de verdad, con fortaleza de Dios, con las armas de la justicia para combatir a la diestra y a la siniestra,
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II Cor 10:4
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Pues las armas con que combatimos no son carnales, sino que son poderosísimas en Dios para derrocar fortalezas, destruyendo nosotros con ellas los proyectos o raciocinios humanos,
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Ef 6:13
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Por tanto, tomad las armas todas de Dios, o todo su arnés, para poder resistir en el día aciago, y sosteneros apercibidos en todo.
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