Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

Sión

Isa 51:11 Ahora, pues, los que han sido redimidos por el Señor volverán y llegarán a su amada Sión cantando alabanzas, coronados de sempiterna alegría; tendrán gozo y alegría constante, y huirá de ellos el dolor y la pena.
Isa 51:16 En tu boca he puesto mis palabras, y te he amparado con la sombra de mi poderosa mano, para que plantes los cielos y fundes la tierra, y digas a Sión: Tú eres mi pueblo.
Isa 51:17 Alzate, ¡oh Sión!, álzate, levántate, ¡oh Jerusalén !, tú que has bebido de la mano del Señor el cáliz de su ira; hasta el fondo has bebido tú el cáliz que causa un mortal sopor, y has bebido hasta las heces.
Isa 52:1 Levántate, levántate, ¡oh Sión!, ármate de tu fortaleza; vístete de tus ropas de gala, ¡oh Jerusalén , ciudad del Dios Santo!, porque ya no volverá en adelante a pasar por medio de ti incircunciso, ni inmundo.
Isa 52:2 Alzate del polvo, levántate, toma asiento, ¡oh Jerusalén !, sacude de tu cuello el yugo, oh esclava hija de Sión.
Isa 52:7 ¡Oh cuán hermosos son los pies de aquel que sobre los montes de Israel anuncia y predica la paz!, de aquel que anuncia la buena nueva, de aquel que pregona la salud, y dice ya a Sión: Reinará luego el Dios tuyo, y tú con él!
Isa 52:8 Entonces se oirá la voz de tus centinelas; a un tiempo alzarán el grito, y cantarán cánticos de alabanza, porque verán con sus mismos ojos cómo el Señor hace volver del cautiverio a Sión.
Isa 57:13 Cuando levantares el grito quejándote, sálvente entonces aquellos dioses de las naciones que tú has recogido; mas a todos ellos se los llevará el viento, un soplo los disipará. Al contrario, quien pone en mí su confianza, tendrá por herencia la tierra, y poseerá mi santo monte de Sión.
Isa 59:20 y llegue el redentor que ha de redimir a Sión, y aquellos hijos de Jacob que se convierten del pecado, dice el Señor.
Isa 60:14 Y a ti vendrán y se te postrarán los hijos de aquellos que te abatieron, y besarán las huellas de tus pies todos los que te insultaban, y te llamarán la ciudad del Señor, y la Sión del Santo de Israel.
Isa 61:3 para cuidar a los de Sión que están llorando, y para darles una corona de gloria, en lugar de la ceniza que cubre sus cabezas; el óleo propio de los días solemnes y alegres en vez de luto; un ropaje de gloria en cambio de su espíritu de aflicción; y los que habitarán en ella serán llamados los valientes en la justicia, plantío del Señor para gloria suya.
Isa 62:1 Yo no me estaré, pues, callado; sin cesar rogaré a favor de Sión; por amor de Jerusalén no he de sosegar hasta tanto que su Justo nazca como la luz del día, y resplandezca su Salvador cual brillante antorcha.
Isa 62:11 He aquí que el Señor ha mandado echar este pregón hasta las extremidades de la tierra y decir a la hija de Sión: Mira que ya viene el Salvador tuyo; mira cómo trae consigo su galardón, y tiene delante de sí la recompensa para sus siervos.
Isa 64:10 Ha quedado desierta la ciudad de tu santuario. Sión está hecha un yermo; Jerusalén se halla asolada.
Isa 65:9 antes bien entresacaré de Jacob un linaje, y de Judá quien domine sobre mis montes. Y esta tierra de Sión será la herencia de mis escogidos, y en ella habitarán mis fieles siervos;
Isa 65:11 Pero a vosotros que abandonasteis al Señor, que os olvidasteis de Sión, mi santo monte, que aparejasteis una mesa o altar al ídolo de la Fortuna, y derramáis sobre ella libaciones,
Isa 66:7 Antes del tiempo del parto ha parido la nueva Sión; antes que le viniesen los dolores, ha parido un hijo varón.
Isa 66:8 ¿Quién jamás oyó cosa tal, ni quién vio cosa semejante a esto? ¿Tiene acaso la tierra en un solo día el fruto? ¿O ha sido engendrada nunca de una vez toda una nación? Pues he aquí que Sión se sintió preñada y parió sus hijos.
Jer 3:14 Convertíos a mí, ¡oh hijos rebeldes!, dice el Señor, porque yo soy vuestro esposo, y escogeré de vosotros uno de cada ciudad y dos de cada familia, y os introduciré en Sión.
Jer 4:6 Alzad en Sión el estandarte; fortificaos, y no os detengáis; porque yo hago venir del septentrión el azote y una gran desolación.
Jer 4:30 ¿Y qué harás ahora, oh desolada hija de Sión? ¿Qué harás? Por más que te vistas de grana, aunque te adornes con joyas de oro, y pintes con antimonio tus ojos, en vano te engalanarás; tus amantes te han desdeñado, quieren acabar contigo.
Jer 4:31 Porque he oído gritos como de mujer que está de parto, ansias y congojas como de primeriza; la voz de la hija de Sión moribunda que extiende sus manos, y dice: ¡Ay de mí!, que me abandona mi alma al ver la mortandad de mis hijos.
Jer 6:2 Yo he comparado la hija de Sión a una hermosa y delicada doncella.
Jer 6:23 Echará mano de las saetas, y del escudo; es cruel y no se apiadará de nadie; el ruido de sus tropas es como el ruido del mar, y montarán sobre caballos, dispuestos a combatir como valientes contra ti, ¡oh hija de Sión!
Jer 8:19 Oigo la voz de Jerusalén , de la hija de mi pueblo, que clama desde tierras remotas: ¿Pues qué no está ya el Señor en Sión? ¿O no está dentro de ella su rey? Mas, ¿y por qué, sus moradores, responde el Señor, me provocaron a ira con sus simulacros y con sus vanas deidades extranjeras?
Jer 9:19 porque ya se oye una voz lamentable desde Sión que dice: ¡Oh!, ¡y a qué desolación hemos sido reducidos!, ¡y en qué extrema confusión nos vemos! Abandonamos nuestra tierra nativa, porque nuestras habitaciones han sido arruinadas.
Jer 14:19 ¿Por ventura, Señor, has desechado del todo a Judá? ¿O es Sión abominada de tu alma? ¿Por qué, pues, nos has azotado con tanto rigor, que no nos queda parte sana? Esperamos la paz o felicidad, y no tenemos ningún bien; y el tiempo de restablecernos, y he aquí que estamos todos llenos de confusión.
Jer 26:18 Miqueas, natural de Morasti, fue profeta en tiempo de Ezequías , rey de Judá, y predicó a todo el pueblo, diciendo: Esto dice el Señor de los ejércitos: Sión será arada como un barbecho, y Jerusalén parará en un montón de piedras, y el monte Moria, en que está situado el templo, será un espeso bosque.
Jer 30:17 Porque yo cicatrizaré tu llaga, y curaré tus heridas, dice el Señor. Ellos, ¡oh Sión!, te han llamado la repudiada: Esta es, dicen, la que no tiene quien la busque o pretenda.
Jer 31:6 Porque tiempo vendrá en que los centinelas o jefes de mi pueblo clamarán sobre el monte de Efraín: Vamos todos, y subamos a Sión, al templo del Señor Dios nuestro.
Jer 31:12 Y así vendrán, y cantarán himnos a Dios en el monte Sión, y correrán en tropa a gozar de los bienes del Señor, del trigo, del vino, del aceite y de las crías de ovejas y de vacas, y estará su alma cual hermoso jardín abundante de aguas, y no padecerán ya más necesidades.
Jer 31:23 Esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Todavía se oirán estas palabras en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo hubiere redimido sus cautivos: Te bendiga el Señor, ¡oh mansión hermosa de la justicia, oh monte santo de Sión!
Jer 31:25 porque yo embriagaré en Sión a toda alma sedienta, y hartaré a todo hambriento.
Jer 50:5 Preguntarán cuál es el camino que va a Sión; a ella dirigirán sus ojos. Volverán del cautiverio, y se unirán al Señor con una alianza eterna, cuya memoria no se borrará jamás.
Jer 50:28 Voz de los fugitivos y de aquellos que escaparon de la tierra de Babilonia, para llevar a Sión la noticia de la venganza del Señor Dios nuestro, de la venganza de su santo templo.
Jer 51:10 El Señor ha hecho aparecer nuestra justicia, venid y publiquemos en Sión la obra del Señor Dios nuestro.
Jer 51:24 Y después, ante vuestros ojos, yo pagaré a Babilonia y a todos los moradores de la Caldea todo el mal que hicieron contra Sión, dice el Señor.
Jer 51:35 Las injusticias cometidas contra mí, dice la hija de Sión, y la carnicería que ha hecho en mis hijos, está clamando contra Babilonia; y la sangre mía, dice Jerusalén , grita contra los habitantes de Caldea.
Lam 1:4 Enlutados están los caminos de Sión, porque ya no hay quien vaya a sus solemnidades; destruidas están todas sus puertas, gimiendo sus sacerdotes, llenas de tristeza las vírgenes, y ella oprimida de amargura.
Lam 1:6 Ha perdido la hija de Sión toda su hermosura; sus príncipes han venido a ser como carneros descarriados que no hallan pastos, y han marchado desfallecidos delante del perseguidor que los conduce.
Lam 1:17 Sión extiende su manos; pero no hay quien la consuele. El Señor ha convocado los enemigos de Jacob para que le rodeen; cual mujer manchada en sus períodos o impureza legal, así es Jerusalén en medio de ellos.
Lam 2:1 ¡Cómo cubrió el Señor de oscuridad en medio de su cólera a la hija de Sión! El ha arrojado del cielo a la tierra a la hermosa Israel; y no se ha acordado del estrado de sus pies, o de su santuario, en el día de su furor.
Lam 2:4 Tendió su arco como hace un enemigo, y cual adversario afirmó su mano derecha para disparar; y mató todo cuanto había de bello aspecto en el campamento de la hija de Sión; lanzó cual fuego la indignación suya.
Lam 2:6 Y ha destruido su campamento como la choza de un huerto; ha demolido su Tabernáculo, el Señor ha entregado al olvido en Sión las solemnidades y los sábados; y ha abandonado al oprobio y a la indignación de su furor al rey y al sacerdote.
Lam 2:8 Determinó el Señor destruir los muros de la hija de Sión, tiró su cordel, y no retiró su mano hasta que la demolió; se resintió el antemural, y quedó luego arrasada la muralla.
Lam 2:10 Sentados están en tierra y en profundo silencio los ancianos de la hija de Sión; tienen cubiertas de ceniza sus cabezas, se vistieron de cilicio, abatida hasta la tierra tienen su cabeza las vírgenes de Jerusalén .
Lam 2:13 ¿Con quién te compararé, o a qué cosa te asemejaré, oh hija de Jerusalén ? ¿A quién te igualaré, a fin de consolarte, oh virgen hija de Sión? Porque grande es como el mar tu tribulación. ¿Quién podrá remediarte?
Lam 2:18 El corazón de los sitiados levantó el grito al Señor desde sobre las murallas de la hija de Sión; derrama, ¡oh Jerusalén !, día y noche, haz correr a manera de torrente las lágrimas; no reposes, ni cesen de llorar tus ojos.
Lam 4:2 Los hijos de Sión, que vestían de tisú, de oro finísimo, ¡cómo son ya mirados cual si fuesen vasos de barro, obra de manos de alfarero!
Lam 4:11 El Señor ha deshogado su furor, ha derramado la ira de su indignación, ha encendido en Sión un fuego que ha consumido hasta sus cimientos.