II Esd 7:7
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Los cuales han venido con Zorobabel, con Josué, Nehemías, Azarías, Raamías, Nahamani, Mardoqueo, Belsam, Mesfarat, Begoai, Nahum, Baana. He aquí el número de los varones del pueblo de Israel:
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Est 2:5
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Moraba en la ciudad de Susán cierto varón judío llamado Mardoqueo, hijo de Jair, hijo de Semei, hijo de Cis, del linaje de Jémini,
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Est 2:7
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Había Mardoqueo criado a Edisa, hija de un hermano suyo, llamada por otro nombre Ester, huérfana de padre y madre, en extremo hermosa y de lindo parecer, a la cual, así que se le murieron los padres, adoptó por hija suya.
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Est 2:10
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Ester no le descubrió su nación, ni patria; pues Mardoqueo le había prevenido que por ningún caso hablase de eso.
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Est 2:15
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Pasado, pues, un cierto tiempo, se acercaba ya el día en que debía ser presentada al rey Ester, hija de Abihail, hermano de Mardoqueo, quien se la había prohijado. No pidió Ester adornos mujeriles, sino que el eunuco Egeo, a cuyo cuidado estaban las doncellas, le dio para adornarse lo que él quiso. Porque era de extremada hermosura e increíble belleza, y así parecía graciosa y amable a los ojos de todos.
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Est 2:19
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Mientras por segunda vez se buscaron y reunieron vírgenes para el rey, estaba Mardoqueo continuamente a la puerta del rey.
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Est 2:20
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Ester, siguiendo la prevención de Mardoqueo, no había descubierto todavía ni su patria, ni su nación. Porque ella hacía puntualmente cuanto le prescribía Mardoqueo; y se portaba en todo como había acostumbrado siendo niña, cuando su tío la educaba.
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Est 2:20
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Ester, siguiendo la prevención de Mardoqueo, no había descubierto todavía ni su patria, ni su nación. Porque ella hacía puntualmente cuanto le prescribía Mardoqueo; y se portaba en todo como había acostumbrado siendo niña, cuando su tío la educaba.
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Est 2:21
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En aquel tiempo, pues, en que Mardoqueo estaba en la puerta del rey, Bagatán y Tarés, dos eunucos del rey que tenían a su cuidado la custodia de la puerta, y mandaban en la primera entrada del palacio, descontentos con el rey, pensaron en levantarse contra él, y matarlo.
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Est 2:22
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Lo que oído por Mardoqueo, lo comunicó inmediatamente a la reina Ester, la cual dio parte al rey en nombre de Mardoqueo, por quien había sido informada de la conjuración.
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Est 2:22
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Lo que oído por Mardoqueo, lo comunicó inmediatamente a la reina Ester, la cual dio parte al rey en nombre de Mardoqueo, por quien había sido informada de la conjuración.
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Est 3:2
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Todos los criados del rey que frecuentaban las puertas de palacio, doblaban la rodilla, y adoraban a Amán; pues así lo había mandado el soberano. Sólo Mardoqueo no doblaba la rodilla, ni le adoraba.
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Est 3:5
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Amán, recibido el aviso, y certificado por la experiencia de que Mardoqueo ni le doblaba la rodilla, ni lo adoraba, montó en gran cólera.
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Est 3:6
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Pero considero en nada vengarse de sólo Mardoqueo, pues había oído ser judío de nacimiento , y quiso más bien exterminar toda la nación de judíos que vivían en el reino de Asuero.
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Est 4:1
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Habiendo sabido esto Mardoqueo, rasgó sus vestidos, y se vistió de un saco o cilicio, esparciendo ceniza sobre su cabeza; y en medio de la plaza de la ciudad clamaba en alta voz, manifestando la amargura de su corazón;
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Est 4:4
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Y las camaristas de Ester y los eunu-cos, entraron a darle parte. La cual, al oírlo quedó consternada. Y envió un vestido a Mardoqueo, para que quitándose el saco, se lo vistiese; pero Mardoqueo no quiso recibirlo.
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Est 4:4
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Y las camaristas de Ester y los eunu-cos, entraron a darle parte. La cual, al oírlo quedó consternada. Y envió un vestido a Mardoqueo, para que quitándose el saco, se lo vistiese; pero Mardoqueo no quiso recibirlo.
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Est 4:5
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Entonces ella llamó a Atac, eunuco que el rey le había dado para servirle, y lo mandó ir a Mardoqueo a fin de informarse de él por qué hacía tales cosas.
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Est 4:6
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Salió, pues, Atac, y fue a encontrar a Mardoqueo, que estaba en la plaza de la ciudad, delante de la puerta de palacio;
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Est 4:9
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Vuelto Atac, refirió a Ester todo lo que Mardoqueo le había dicho.
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Est 4:10
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Y le mandó ella que llevase la siguiente respuesta a Mardoqueo:
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Est 4:12
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Lo que oyendo Mardoqueo,
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Est 4:15
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Ester entonces envió esta respuesta a Mardoqueo:
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Est 4:17
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Con esto Mardoqueo se retiró, e hizo todo lo que Ester le había ordenado.
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Est 5:9
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Con esto salió aquel día Amán muy contento y alegre. Mas como viese a Mardoqueo sentado ante las puertas de palacio, y que no sólo no se había levantado para hacerle acatamiento, sino que ni siquiera se había movido del asiento en que estaba, se irritó sobremanera.
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Est 5:13
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Mas aunque gozo de todas estas satisfacciones, nada me parece que tengo mientras viere al judío Mardoqueo sentado a la puerta de palacio.
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Est 5:14
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Y le respondieron Zarés, su esposa, y los amigos: Manda preparar una gran viga de cincuenta codos de alto, y di mañana al rey que sea en ella colgado Mardoqueo, y con eso irás contento con el rey al convite. Le agradó el consejo, y mandó preparar un gran madero.
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Est 6:2
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llegaron al lugar donde se hallaba escrito cómo Mardoqueo había descubierto la conjuración de los eunucos Bagatán y Tarés, que querían degollar al rey Asuero.
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Est 6:3
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Oído lo cual, dijo el rey: ¿Qué premio u honor ha recibido Mardoqueo por tanta lealtad? Le respondieron sus criados y cortesanos: No ha recibido recompensa alguna.
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Est 6:4
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Inmediatamente dijo el rey: ¿Quién está en la antecámara? Había entrado Amán en la antecámara más inmediata al cuarto del rey, para sugerirle que mandase colgar a Mardoqueo en el patíbulo ya preparado.
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Est 6:10
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Le replicó el rey: Date prisa; y tomando el manto real y el caballo, todo eso que has dicho ejecútalo con el judío Mardoqueo, el que está a la puerta del palacio. Guárdate de omitir nada de cuanto has di-cho.
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Est 6:11
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Tomó, pues, Amán el manto real y el caballo y habiéndoselo vestido a Mardoqueo en la plaza de la ciudad, y héchole montar en el caballo, iba caminando delante de él, y gritaba: De tal honor es digno aquel a quien el rey quiere honrar.
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Est 6:12
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Después volvió Mardoqueo a la puerta del palacio a su destino; y Amán se retiró a toda prisa a su casa, sollozando, y cubierta la cabeza;
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Est 6:13
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y contó a Zarés, su esposa, y a los amigos todo cuanto le había sucedido. A lo que los sabios, que tenía por consejeros, y su esposa le contestaron: Si Mardoqueo, delante de quien has comenzado a caer, es del linaje de los judíos, no podrás contrarrestarle, sino que acabarás de caer precipitadamente en su presencia.
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Est 7:9
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Entonces Harbona, uno de los eunucos que servían al rey, dijo: Sábete, oh rey, que en casa de Amán hay un patíbulo de cincuenta codos de alto, que él había mandado preparar para Mardoqueo, el que descubrió la conspiración contra el rey. Le respondió el rey: Colgadle luego en él.
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Est 7:10
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Fue, pues, Amán colgado en el patíbulo que tenía preparado para Mardoqueo, y con eso se apaciguó la ira del rey.
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Est 8:1
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Aquel mismo día el rey Asuero dio a la reina Ester la casa y los bienes de Amán, el enemigo de los judíos, y Mardoqueo fue presentado al rey; por cuanto Ester le declaró que era su tío paterno.
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Est 8:2
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Y tomó el rey el anillo o sello que había mandado recoger de Amán, y se lo entregó a Mardoqueo, al cual hizo Ester mayordomo de su casa o palacio.
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Est 8:7
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El rey Asuero respondió a la reina Ester y al judío Mardoqueo en estos términos: Yo he dado a Ester la casa de Amán y a éste le he mandado crucificar por la osadía de querer perder a los judíos.
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Est 8:9
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Con esto, llamados los secretarios y escribientes del rey, corriendo el mes tercero, llamado Sibán, el día veintitrés, fueron escritas las cartas del modo que quiso Mardoqueo, a los judíos, y a los príncipes, y a los gobernadores, y jueces que mandaban en las ciento veintisiete provincias, desde la India hasta la Etiopía; provincia por provincia, pueblo por pueblo, según sus lenguas y alfabetos, como también a los judíos, para que todo el mundo pudiese leerlas y entenderlas.
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Est 8:15
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Entretanto Mardoqueo saliendo del palacio y de la audiencia del rey, iba rozagante, vestido a la manera del rey, esto es, de color de jacinto y de azul celeste, llevando en la cabeza una corona de oro, y cubierto de un manto de seda y de púrpu-ra. Y toda la ciudad hizo fiestas y regocijos.
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Est 9:3
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Pues aun los magistrados de las provincias, los gobernadores e intendentes, y todos los constituidos en dignidad, que en cada lugar presidían las obras, daban la mano a los judíos por temor de Mardoqueo,
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Est 9:20
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Cuidó, pues, Mardoqueo de escribir todas esas cosas en una carta o libro, que envió a los judíos que habitaban en todas las provincias del rey, así vecinas como remotas,
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Est 9:23
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Establecieron, pues, los judíos una fiesta solemne, conforme a lo que habían comenzado a practicar en este tiempo, y les había prescrito Mardoqueo en su carta;
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Est 9:29
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Y la reina Ester, hija de Abihail, y Mardoqueo, judío, escribieron todavía una segunda carta, a fin de que con el mayor esmero quedase establecido este día solemne para lo sucesivo;
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Est 9:31
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observando los días de las Suertes, y celebrándolos a su tiempo con demostraciones de gozo. Se obligaron, pues, los judíos, conforme a lo prescrito por Mardoqueo y Ester, a observar ellos y sus descendientes los ayunos y clamores a Dios y demás ceremonias de los días de las Suertes,
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Est 10:2
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y en los libros o anales de los medos y persas se halla escrito cuál fue su poder y dominio; y cuán alto grado de grandeza, sublimó a Mardoqueo,
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Est 10:3
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y cómo este Mardoqueo, judío de nación, vino a ser la segunda persona después del rey Asuero; y cómo fue eminente entre los judíos, y universalmente querido de todos sus hermanos, como quien procuraba el bien de su pueblo y se interesaba en todo lo perteneciente a la prosperidad de su nación.
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Est 10:4
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Entonces Mardoqueo dijo: Esto es obra de Dios.
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Est 11:2
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El año segundo del reinado del muy grande Artajerjes, el primer día del mes de Nisán tuvo un sueño Mardoqueo hijo de Jair, hijo de Semei, hijo de Cis, de la tribu de Benjamín.
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