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Juec 8:3
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El Señor puso en vuestras manos los príncipes de Madián, Oreb y Zeb: ¿qué cosa pude yo hacer igual a la que vosotros habéis hecho? Con esta respuesta calmó la cólera en que ardían contra él.
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Job 4:16
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Se me apareció uno cuyo semblante no pude conocer, un espectro delante de mis ojos, y percibí una voz delicada como de un airecillo suave, que me decía:
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Salm 36:36
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Pasé de allí a poco, y he aquí que no existía ya; le busqué, mas ni rastro alguno de él pude hallar.
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Salm 39:13
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Porque me hallo cercado de males sin número; me sorprendieron mis pecados, y no pude distinguirlos bien; se multiplicaron más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón ha desmayado.
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Sab 8:20
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Y creciendo en la bondad pude conservar inmaculado mi cuerpo.
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Ezeq 47:5
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De nuevo midió otros mil, y allí me hizo vadear el agua, la cual me llegaba hasta la cintura; y medidos otros mil, era ya tal el arroyo que no pude pasarlo, porque habían crecido las aguas de este arroyo profundo, de modo que no podía vadearse.
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