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II Esd 4:20
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Dondequiera que oyereis el sonido de la trompeta, corred allí todos hacia nosotros, que nuestro Dios peleará a favor nuestro.
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Salm 94:8
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Hoy mismo, si oyereis su voz, guardaos de endurecer vuestros corazones,
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Dan 3:5
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que en el mismo punto en que oyereis el sonido de la trompeta, de la flauta, del arpa, de la zampoña y del salterio, y de la sinfonía, y de toda especie de instrumentos músicos, postrándoos, adoréis la estatua de oro erigida por el rey Nabucodonosor.
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Heb 3:7
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Por lo cual nos dice el Espíritu Santo: Si hoy oyereis su voz,
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Heb 3:15
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Mientras se nos dice: Si hoy oyereis su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como los israelitas en el tiempo de aquella provocación.
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Heb 4:7
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por eso de nuevo establece un día y es hoy, diciendo, al cabo de tanto tiempo, por boca de David, según arriba se dijo: Si hoy oyereis su voz, no queráis endurecer vuestros corazones.
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