Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

olas

Ex 14:27 Luego que Moisés extendió la mano sobre el mar, se volvió éste a su sitio al rayar el alba; y huyendo los egipcios, las aguas los sobrecogieron, y el Señor los envolvió en medio de las olas.
Deut 11:4 y todo el ejército de los egipcios y sus caballos y carros: cómo los anegaron las olas del mar Rojo cuando iban en vuestro alcance, dejándolos el Señor destruidos y aniquilados hasta el día de hoy.
II Rey 22:17 Extendió su mano desde el cielo, y me cogió; y de entre olas inmensas me sacó a salvo.
Job 31:23 Porque yo siempre temí a Dios, considerando su enojo como olas hinchadas contra mí, y nunca puede soportar el peso de su majestad.
Job 38:11 y dije: Hasta aquí llegarás, y no pasarás más adelante; y aquí quebrantarás tus hinchadas olas.
Job 41:25 Cuando él se levanta sobre las olas tienen miedo los ángeles mismos, y amedrentados procuran purificarse y aplacar al cielo.
Salm 41:8 Como el estampido con que se deshacen tus cataratas, un abismo o aguacero llama a otro abismo; así todas tus tempestades y todas tus olas han ido descargando sobre mí.
Salm 64:8 conmueves lo más profundo de los mares, y haces sentir el estruendo de sus olas. Se perturbarán las naciones,
Salm 77:13 Rompió el mar por medio, y los hizo pasar, y contuvo las olas como en un montón.
Salm 87:8 Tu furor carga de firme sobre mí, y has hecho que se estrellaran en mí todas las olas.
Salm 88:10 Tú tienes señorío sobre la bravura del mar; y el alboroto de sus olas tú le sosiegas.
Salm 92:3 Alzaron los ríos, ¡oh Señor!, levantaron los ríos su voz; alzaron el sonido de sus olas,
Salm 103:26 Por él transitan las naves. Ese dragón o monstruo que formaste, para que retozara entre sus olas;
Salm 106:25 Dijo, y sopló el viento tempestuoso, y se encresparon las olas.
Salm 106:29 Cambió el huracán en viento suave, y calmaron las olas del mar.
Sab 5:10 o cual nave que surca las olas del mar, de cuyo tránsito no hay que buscar vestigio, ni la vereda de su quilla en las olas;
Sab 5:10 o cual nave que surca las olas del mar, de cuyo tránsito no hay que buscar vestigio, ni la vereda de su quilla en las olas;
Sab 5:23 y de la cólera de Dios, como de un pedrero lloverán densos granizos. Se embravecerán contra ellos las olas del mar; y los ríos todos inundarán impetuosamente la tierra.
Sab 14:1 Asimismo piensa otro en navegar, y estando para surcar las encrespadas olas, invoca un leño más endeble que aquel en que va.
Sab 14:3 Mas tu providencia, ¡oh Padre!, lleva el timón; por cuanto aun en medio del mar abriste camino a tu pueblo que huía de Egipto, y le diste paso segurísimo por entre las olas;
Ecli 24:8 Yo sola hice todo el giro del cielo, y penetré por el profundo del abismo, me pasee por las olas del mar,
Isa 17:12 ¡Ay de esos pueblos, semejantes a las innumerables olas del mar embravecido y de ese tumultuoso ejército, parecido al ruido de impetuosas aguas!
Isa 51:15 En fin, yo soy el Señor Dios tuyo que embravezco el mar, y encrespo sus olas. Señor de los ejércitos es mi nombre.
Isa 57:20 Pero los impíos son como un mar alborotado, que no puede estar en calma; cuyas olas rebosan en lodo y cieno.
Jer 5:22 ¿conque a mí no me temeréis, dice el Señor, ni os arrepentiréis delante de mí? Yo soy el que al mar le puse por término la arena, ley perdurable que no quebrantará; han de levantarse sus olas, y no traspasarán sus límites; y se encresparán, pero no pasarán más adelante.
Jer 31:35 Esto dice el Señor, aquel Señor que envía el sol para dar luz al día, y ordena el curso de la luna y de los astros para esclarecer la noche; el que alborota el mar, y al instante braman sus olas; el que se llama Señor de los ejércitos.
Jer 46:8 Egipto, que se hincha cual torrente, cuyas olas se conmueven como ríos y ha dicho: Yo avanzaré, inundaré la tierra; destruiré la ciudad y sus habitantes.
Jer 51:42 Un mar ha inundado a Babilonia, y la cantidad de sus olas la ha ahogado.
Ezeq 26:3 por tanto, esto dice el Señor Dios: ¡Oh Tiro!, heme aquí contra ti; yo haré subir contra ti muchas gentes, como olas del mar borrascoso.
Jon 1:13 Entretanto remaban los marineros para ver si podían ganar tierra y salvarse; mas no podían, porque iban levantándose más sobre ellos las olas del mar.
Jon 2:4 Y me arrojaste a lo más profundo del mar, y me rodearon las aguas, sobre mí han pasado todos tus remolinos y todas tus olas.
Zac 10:11 Y pasarán el estrecho del mar, y el Señor herirá las olas del mar, y todas las honduras del río quedarán descubiertas, y será humillada la soberbia de Asur, y cesará la tiranía de Egipto.
II Mac 9:8 Y aquel que lleno de soberbia quería levantarse el hombre, y se lisonjeaba de poder mandar aun a las olas del mar, y de pesar en una balanza los montes más elevados, humillado ahora hasta el suelo, era conducido en una silla de manos, presentando él mismo un manifiesto testimonio del poder de Dios;
Mt 14:24 Entretanto la barca estaba en medio del mar, batida reciamente de las olas, por tener el viento contrario.
Mc 4:37 Se levantó entonces una gran tempestad de viento, que arrojaba las olas en la barca; de manera que ya ésta se llenaba de agua.
Lc 8:23 y mientras ellos iban navegando, se durmió Jesús , al tiempo que un viento recio alborotó las olas, de manera que llenándose de agua la barca, corrían riesgo.
Lc 21:25 Se verán fenómenos prodigiosos en el sol, la luna y las estrellas, y en la tierra estarán consternadas y atónitas las gentes por el estruendo del mar y de las olas,
Jn 6:19 Después de haber remado como unos veinticinco o treinta estadios, ven venir a Jesús andando sobre las olas y arrimarse a la nave; y, creyéndole un fantasma, se asustaron.
Hech 27:17 El cual metido dentro, maniobraban los marineros cuanto podían, asegurando y liando la nave, temerosos de dar en algún banco de arena. De esta suerte abajadas las velas y el mástil, se dejaban llevar de las olas.
Hech 27:41 Mas tropezando en una lengua de tierra que tenía mar por ambos lados, encalló la nave, quedando inmóvil la proa, fija, o encallada, en el fondo, mientras la popa iba abriéndose por la violencia de las olas.
Judas 1:13 olas bravas de la mar, que arrojan las espumas de sus torpezas; exhalaciones errantes, a quienes está reservada, o ha de seguir, una tenebrosísima tempestad que ha de durar para siempre.