Juec 12:5
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Ocuparon también los galaaditas los vados del Jordán, por donde habían de pasar a la vuelta los de Efraín. Y cuando llegaba allí alguno de los fugitivos de Efraín y les decía: Os ruego que me dejéis pasar, le preguntaban los galaaditas: ¿No eres tú efrateo? Y respondiendo él: No lo soy,
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I Rey 13:10
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Acabado que hubo de ofrecer el holocausto, he aquí que llegaba Samuel; y Saúl le salió al encuentro para saludarle.
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II Par 24:11
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Así que llegaba el tiempo de llevar al arca a la presencia del rey por manos de los levitas (cuando veían que había mucha cantidad de dinero), venía el secretario del rey con un comisario elegido por el sumo sacerdote, y sacaban el dinero que había en el arca , la cual volvían a su sitio. Así lo hacían todos los días; y se recogió infinito dinero.
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Sab 17:15
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Y si alguno de ellos llegaba a caer, allí quedaba como preso y encerrado en una cárcel, sin necesidad de cadenas de hierro.
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Ezeq 47:3
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Aquel personaje, pues, dirigiéndose hacia el oriente, y teniendo en su mano la cuerda de medir, midió mil codos desde el manantial; y en seguida me hizo vadear el arroyo y me llegaba el agua a los tobillos.
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Ezeq 47:4
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Midió en seguida otros mil codos, y allí me hizo vadear el agua, que me llegaba a las rodillas.
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Ezeq 47:5
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De nuevo midió otros mil, y allí me hizo vadear el agua, la cual me llegaba hasta la cintura; y medidos otros mil, era ya tal el arroyo que no pude pasarlo, porque habían crecido las aguas de este arroyo profundo, de modo que no podía vadearse.
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I Mac 5:63
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Por el contrario, las tropas de Judas adquirieron gran reputación, tanto en todo Israel, como entre las naciones todas a donde llegaba el eco de su fama."
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Mc 6:56
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Y doquiera que llegaba fuesen aldeas o alquerías, o ciudades, ponían los enfermos en las calles, suplicándole que les dejase tocar siquiera el ruedo de su vestido; y todos cuantos le tocaban quedaban sanos.
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Lc 23:17
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Tenía Pilatos que dar libertad a un reo cuando llegaba la celebridad de la fiesta de la Pascua .
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Apoc 14:20
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Y la vendimia fue pisada en el lagar fuera de la ciudad santa, y corrió sangre del lagar en tanta abundancia que llegaba hasta los frenos de los caballos por espacio de mil seiscientos estadios.
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