IV Rey 16:6
|
Por aquel tiempo Rasín, rey de Siria, volvió a incorporar a Aila con la Siria; y arrojó de Aila a los judíos; y vinieron los idumeos a ocuparla y han habitado en ella hasta el día de hoy.
|
IV Rey 25:25
|
Pero al séptimo mes sobrevino Ismael, hijo de Natanías y nieto de Elisama, de la estirpe real, acompañado de diez hombres; los cuales hirieron a Godolías, que murió de las heridas, con los judíos y caldeos que estaban con él en Masfa.
|
I Esd 4:12
|
Sepas, oh rey, que los judíos que partieron de ahí para acá, han llegado a Jerusalén , ciudad rebelde y malvada, la cual están reedificando, y levantando sus murallas y reparando las paredes.
|
I Esd 4:23
|
Con esto fue leído el tratado del edicto del rey Artajerjes en presencia de Reum Beelteem, y de Samsai, secretario, y de los de su consejo; y a toda prisa pasaron a Jerusalén , y a mano armada hicieron desistir a los judíos.
|
I Esd 5:1
|
En este tiempo profetizaron el profeta Ageo y Zacarías, hijo de Addo, predicando a los judíos que habitaban en la Judea y en Jerusalén en nombre del Dios de Israel.
|
I Esd 5:5
|
Mas el ojo de su Dios, o su providencia, miró favorablemente a los ancianos de los judíos, y así no pudieron impedirles la construcción. Convinieron al fin en que se diese parte a Darío, y que satisficiesen entonces a aquella reconvención.
|
I Esd 5:14
|
Pues aun los vasos de oro y de plata del templo de Dios, que Nabucodonosor había quitado del templo de Jerusalén , y transportado al templo de Babilonia, los sacó el rey Ciro del templo de Babilonia, y fueron entregados a uno llamado Sasabasar o Zorobabel, a quien ade-más constituyó príncipe o gobernador de los judíos;
|
I Esd 6:7
|
y dejad construir el templo al caudillo de los judíos y a sus ancianos, y que reedifiquen aquella casa de Dios en su lugar.
|
I Esd 6:8
|
Sobre lo cual tengo también mandado cómo debe procederse para con aquellos ancianos de los judíos, a fin de que sea edificada la casa de Dios; y es que del erario del rey, esto, es, de los tributos que paga el territorio del otro lado del río, se les suministren con puntualidad los caudales a dichos varones, para que no se retarde la obra;
|
I Esd 6:14
|
Los ancianos de los judíos por su parte llevaban adelante la construcción, saliéndoles todo con felicidad, según la profecía de Aggeo profeta, y de Zacarías, hijo de Addo; y con esto erigieron y construyeron el edificio por mandato del Dios de Israel, y de orden de Ciro, y de Darío, y de Artajerjes, reyes de Persia.
|
II Esd 1:2
|
Y llegó Hanani, uno de mis hermanos, con otros varones de Judá; y les pregunté por los judíos que habían quedado, y vivían después del cautiverio, y acerca de la ciudad de Jerusalén .
|
II Esd 2:16
|
Entretanto los magistrados no sabían adónde había ido yo, ni lo que yo hacía; y hasta entonces nada había yo declarado a los judíos, ni a los sacerdotes, ni a los magnates, ni a los magistrados, ni a los demás destinados para cuidar de las obras.
|
II Esd 4:1
|
Entretanto, habiendo oído Sanaballat que reedificábamos las murallas, montó en gran cólera; y enfurecido en extremo, hizo mofa de los judíos,
|
II Esd 4:2
|
y dijo en presencia de sus hermanos y de un gran concurso de samaritanos: ¿Qué pretenden hacer esos miserables judíos? ¿Por ventura se lo permitirán estas naciones vecinas?¿Piensan poder ofrecer sacrificios, concluyendo toda la obra en un día? ¿Podrán acaso restaurar las piedras de los montones reducidos a cenizas?.
|
II Esd 4:12
|
Y viniendo los judíos que habitaban cerca de ellos, y diciendo esto mismo por diez y más veces, recibiendo el propio aviso de todas partes de donde acudían a nosotros,
|
II Esd 5:1
|
Sucedió entonces que se levantó un gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos los judíos.
|
II Esd 5:8
|
y les dije: Nosotros, como sabéis, hemos rescatado según nuestra posibilidad a nuestros hermanos, los judíos, vendidos a otras naciones; ¿y vosotros habéis de vender de nuevo a nuestros hermanos, para que nosotros los rescatemos otra vez? Callaron a esto, y no supieron qué responder.
|
II Esd 5:17
|
Añádase a esto que ciento cincuenta personas de entre los judíos y magistrados, y los que venían a nosotros de los países circunvecinos, comían a mi mesa;
|
II Esd 6:6
|
Se ha divulgado entre las gentes, y Gosem lo dice públicamente, que tú y los judíos intentáis rebelaros, y que a este fin reedificas las murallas, y pretendes alzarte rey sobre ellos; por cuyo motivo
|
II Esd 6:17
|
Sin embargo, aun por aquellos días iban y venían muchas cartas de varios magnates judíos a Tobías, y, de Tobías a ellos;
|
II Esd 13:23
|
Vi asimismo en aquellos días a algunos judíos casados con mujeres de Azoto, de Amón, y de Moab;
|
Jud 16:31
|
El día de la fiesta de esta victoria es señalado por los hebreos entre los días santos, y lo honran los judíos desde aquel tiempo hasta el presente."
|
Est 3:6
|
Pero considero en nada vengarse de sólo Mardoqueo, pues había oído ser judío de nacimiento , y quiso más bien exterminar toda la nación de judíos que vivían en el reino de Asuero.
|
Est 3:7
|
Así, en el mes primero, llamado Nisán, el año duodécimo del reinado de Asuero, se echaron delante de Amán en una urna las suertes, llamadas en hebreo Fur para saber el día y mes en que debería ser entregada a la muerte la nación de los judíos, y salió del mes duodécimo llamado Adar.
|
Est 3:10
|
Entonces el rey se quitó del dedo el anillo, de que se servía para sellar, y se lo entregó a Amán, hijo de Amadati, del linaje de Agag, enemigo de los judíos,
|
Est 3:13
|
fueron despachadas por sus correos reales a todas las provincias, para que matasen y exterminasen a todos los judíos, mozos y viejos, niños y mujeres, en un mismo día, esto es, el trece del mes duodécimo, llamado Adar, y saqueasen sus bienes.
|
Est 3:15
|
Los correos expedidos fueron a toda prisa a cumplir la orden del rey; y se fijó luego en Susán el educto, a tiempo que el rey y Amán celebraban un banquete, y mientras todos los judíos que había en la ciudad se deshacían en lágrimas.
|
Est 4:3
|
Asimismo en todas las provincias, ciudades y pueblos, a donde había llegado el cruel edicto del rey, era grande la consternación de los judíos; ayunaban, prorrumpían en alaridos y lamentos, usando muchos de cilicio y ceniza en lugar de cama.
|
Est 4:7
|
el cual lo informó de todo lo ocurrido, y cómo Amán había prometido meter una gran suma de dinero en el tesoro del rey por la mortandad de los judíos.
|
Est 4:13
|
envió todavía a decir esto a Ester: No pienses que por estar en el palacio del rey podrás tú sola salvar la vida entre todos los judíos;
|
Est 4:14
|
porque si ahora callares, los judíos se salvarán por algún otro medio; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si por eso has llegado a ser reina, para que pusieses servirnos en este trance?
|
Est 4:16
|
Anda enhorabuena y junta todos los judíos que hallares en Susán, y haced oración por mí; no comáis ni bebáis en tres días y en tres noches, que yo con mis criados ayunaré igualmente; y en seguida me presentaré al rey, contraviniendo la ley, pues entraré sin ser llamada, y exponiéndome al peligro y a la muerte.
|
Est 6:13
|
y contó a Zarés, su esposa, y a los amigos todo cuanto le había sucedido. A lo que los sabios, que tenía por consejeros, y su esposa le contestaron: Si Mardoqueo, delante de quien has comenzado a caer, es del linaje de los judíos, no podrás contrarrestarle, sino que acabarás de caer precipitadamente en su presencia.
|
Est 8:1
|
Aquel mismo día el rey Asuero dio a la reina Ester la casa y los bienes de Amán, el enemigo de los judíos, y Mardoqueo fue presentado al rey; por cuanto Ester le declaró que era su tío paterno.
|
Est 8:3
|
Mas no contenta con eso, se echó a los pies del rey, y con lágrimas en los ojos le habló y suplicó que mandase no tuviesen efecto los maliciosos designios de Amán, hijo de Agag, y las inicuas tramas que había urdido contra los judíos.
|
Est 8:5
|
y dijo: Si es del agrado del rey, y si he hallagrado gracia en sus ojos, y mi súplica no le parece injusta, ruego encarecidamente que con nuevas cartas del rey sean invalidadas las precedentes cartas de Amán, perseguidor y enemigo de los judíos, con las cuales había mandado acabar con ellos en todas las provincias del reino.
|
Est 8:7
|
El rey Asuero respondió a la reina Ester y al judío Mardoqueo en estos términos: Yo he dado a Ester la casa de Amán y a éste le he mandado crucificar por la osadía de querer perder a los judíos.
|
Est 8:8
|
Escribid, pues, a los judíos en nombre del rey, como mejor os pareciere, sellando las cartas con mi anillo. Porque era uso y costumbre que a cartas recibidas en nombre del rey, y selladas con su anillo, nadie osaba oponerse.
|
Est 8:9
|
Con esto, llamados los secretarios y escribientes del rey, corriendo el mes tercero, llamado Sibán, el día veintitrés, fueron escritas las cartas del modo que quiso Mardoqueo, a los judíos, y a los príncipes, y a los gobernadores, y jueces que mandaban en las ciento veintisiete provincias, desde la India hasta la Etiopía; provincia por provincia, pueblo por pueblo, según sus lenguas y alfabetos, como también a los judíos, para que todo el mundo pudiese leerlas y entenderlas.
|
Est 8:9
|
Con esto, llamados los secretarios y escribientes del rey, corriendo el mes tercero, llamado Sibán, el día veintitrés, fueron escritas las cartas del modo que quiso Mardoqueo, a los judíos, y a los príncipes, y a los gobernadores, y jueces que mandaban en las ciento veintisiete provincias, desde la India hasta la Etiopía; provincia por provincia, pueblo por pueblo, según sus lenguas y alfabetos, como también a los judíos, para que todo el mundo pudiese leerlas y entenderlas.
|
Est 8:11
|
Les mandó también el rey que en cada ciudad fuesen a estar con los judíos, y les ordenasen unirse todos para defender sus vidas, y matar y acabar con todos sus enemigos, sin perdonar a las mujeres, ni a los hijos, ni a las casas, saqueando sus bienes.
|
Est 8:13
|
La sustancia de las cartas era notificar a todas las tierras y pueblos sujetos al imperio del rey Asuero, que los judíos estaban dispuestos y autorizados a vengarse de sus enemigos.
|
Est 8:16
|
A los judíos les pareció que les nacía una nueva luz, por el gozo, la honra y la holganza que les venía.
|
Est 8:17
|
Asimismo en todos los pueblos, en las ciudades y provincias, doquiera que llegaban las órdenes del rey, se recibían con extraordinaria alegría, y había banquetes, y convites, y fiestas; en tanto grado, que muchos de otras naciones y sectas abrazaban la religión y ceremonias de los judíos. Tan grande era el terror que había infundido a todos el nombre judaico.
|
Est 9:1
|
En efecto, a los trece días del mes duodécimo, que como hemos dicho arriba, se llamaba Adar, cuando estaba dispuesta la mortandad de todos los judíos, y sus enemigos ardían en sed de su sangre, trocada la suerte, comenzaron los judíos a prevalecer, y a tomar venganza de sus contrarios.
|
Est 9:1
|
En efecto, a los trece días del mes duodécimo, que como hemos dicho arriba, se llamaba Adar, cuando estaba dispuesta la mortandad de todos los judíos, y sus enemigos ardían en sed de su sangre, trocada la suerte, comenzaron los judíos a prevalecer, y a tomar venganza de sus contrarios.
|
Est 9:3
|
Pues aun los magistrados de las provincias, los gobernadores e intendentes, y todos los constituidos en dignidad, que en cada lugar presidían las obras, daban la mano a los judíos por temor de Mardoqueo,
|
Est 9:5
|
Con esto los judíos hicieron un gran estrago y mortandad en sus enemigos; ejecutando aquello mismo que tenían éstos tramado contra el pueblo judaico.
|
Est 9:6
|
Tanto, que en Susán mismo mataron a quinientos hombres, sin contar diez hijos de Amán, descendientes de Agag, el enemigo de los judíos, cuyos nombres son éstos:
|
Est 9:12
|
El cual dijo a la reina: En la ciudad de Susán los judíos han muerto a quinientos hombres, además de los diez hijos de Amán; ¿cuán grande, pues, juzgas que será la mortandad que habrán hecho en todas las provincias? ¿Qué más pides, o qué otra cosa quieres que yo mande?
|