Deut 10:10
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Yo, pues, estuve en el monte, como la vez primera, cuarenta días y cuarenta noches, y también esta vez el Señor oyó mi súplica, y no pasó a exterminarte.
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Jos 1:5
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Ninguno de esos pueblos podrá resistiros en todo el tiempo de tu vida: como estuve con Moisés, así estaré contigo: no te dejaré ni te desampararé.
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I Rey 1:26
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diciendo Ana: Oyeme, Señor mío, por vida tuya: Yo soy, mi señor, aquella mujer que estuve orando al Señor delante de ti.
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II Rey 22:6
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Con las fajas mortuorias estuve ya atado, y me hallé cogido en los lazos de la muerte.
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Job 31:34
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si me intimidó el mucho gentío, o me atemorizó el desprecio de los parientes, y no más bien callé y sufrí, y me estuve quieto en mi casa, sea yo castigado de Dios.
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Salm 17:6
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rodeáronme dolores de infierno; estuve a punto de caer en lazos de muerte.
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Salm 39:2
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Con ansia suma estuve aguardando al Señor, y por fin inclinó a mí sus oídos,
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Salm 72:2
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A mí me vacilaron los pies, a punto estuve de resbalar.
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Salm 72:23
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Y estuve delante de ti como una bestia de carga, y yo siempre contigo sin apartarme jamás.
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Salm 94:10
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Por espacio de cuarenta años estuve irritado contra esta raza de gente, y decía: Siempre está descarriado el corazón de este pueblo.
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Salm 117:13
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A empellones procuraban derribarme, y estuve a punto de caer; mas el Señor me sostu-vo.
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Prov 1:24
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Mas ya que estuve yo llamando, y vosotros no respondistéis; os alargué mi mano y ninguno se dio por entendido;
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Isa 41:28
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Y yo Isaías estuve observando, y no hubo allí entre estos partidarios de los ídolos ni uno siquiera que fuese capaz de consejo, ni de contestar una sola palabra quien le preguntaba.
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Isa 42:14
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Hasta ahora, dirá el, estuve siempre callado, guardé silencio, fui misericordioso; mas ya como voces de mujer que está de parto, así serán las mías: Desolaré y devoraré de un golpe a todos mis enemigos.
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Jer 8:6
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Yo estuve atento, y los escuché: Nadie habla cosa buena; nadie hay que haga penitencia de su pecado, diciendo: ¡Ay! ¿Qué es lo que yo he hecho? Al contrario, todos han vuelto a tomar la impetuosa carrera de sus vicios, como caballo que a rienda suelta corre a la batalla.
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Dan 7:7
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Después de esto estuve yo contemplando la visión nocturna; cuando he aquí que apareció una cuarta bestia terrible y prodigiosa, y extraordinariamente fuerte; la cual tenía grandes dientes de hierro, comía y despedazaba, y lo que le sobraba, lo hollaba con los pies; mas no se parecía a las otras bestias que antes había yo visto, y tenía diez astas.
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Dan 8:27
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Y yo Daniel perdí las fuerzas, y estuve enfermo por algunos días; y restablecido, continuaba despachando en los asuntos del rey; pero estaba pasmado de la visión, sin que hubiese nadie que la interpretase ni conociese.
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Dan 10:2
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En aquellos días estuve yo Daniel llorando por espacio de tres semanas.
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I Cor 2:3
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Y mientras estuve ahí entre vosotros, estuve siempre con mucha pusilanimidad, o humillación, mucho temor, y en continuo susto;
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I Cor 2:3
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Y mientras estuve ahí entre vosotros, estuve siempre con mucha pusilanimidad, o humillación, mucho temor, y en continuo susto;
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II Cor 11:25
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tres veces fui azotado con varas; una vez apedreado; tres veces naufragué; estuve una noche y un día como hundido en alta mar, a punto de sumergirme.
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Gál 1:18
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De allí a tres años fui a Jerusalén para visitar a Pedro, y estuve con él quince días;
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