Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

esperamos

III Rey 12:16 Viendo, pues, el pueblo que el rey no había querido atenderlo, le replicó diciendo: ¿Qué tenemos nosotros que ver con la familia de David? ¿Ni qué herencia o provecho esperamos del hijo de Isaí? Vete a tus estancias, oh Israel; y tú, oh hijo de David, gobierna ahora tu casa. Con eso Israel se retiró a sus estancias.
Tob 2:18 puesto que nosotros somos los hijos de los santos patriarcas, y esperamos aquella vida que ha de dar Dios a los que siempre conservan en él su fe.
Salm 32:22 Venga, ¡oh Señor!, tu misericordia sobre nosotros, conforme esperamos en ti.
Isa 59:9 Por eso se alejó de nosotros el juicio recto, y no nos abrazará en su seno la justicia; esperamos la luz y he aquí que nos hallamos con las tinieblas; la claridad del día, y caminamos a oscuras.
Jer 14:22 Pues qué, ¿hay por ventura entre los simulacros o ídolos de las gentes quién dé la lluvia? ¿O pueden ellos desde los cielos enviarnos agua? ¿No eres tú el que la envías, Señor Dios nuestro, en quien nosotros esperamos? Sí: porque tú eres el que ha hecho todas estas cosas.
II Mac 2:17 Entretanto esperamos que Dios que ha libertado a su pueblo, que ha vuelto a todos su herencia, que ha restablecido el reino, y el sacerdocio, y el santuario,
Rom 8:25 Si esperamos, pues, lo que no vemos todavía, claro está que lo aguardamos por medio de la paciencia.
I Cor 9:25 Ello es que todos los que han de luchar en la palestra, guardan en todo una exacta continencia; y no es sino para alcanzar una corona perecedera; al paso que nosotros la esperamos eterna.
II Cor 10:15 ni nos gloriamos desmesuradamente atribuyéndonos las fatigas de otros; esperamos, sí, que yendo vuestra fe siempre en aumento, haremos, sin salir de nuestros límites, mayores progresos entre vosotros,
Gál 5:5 Pues nosotros solamente en virtud de la fe esperamos recibir del espíritu la verdadera justicia o santidad.
II Ped 3:13 Aunque esperamos, conforme a sus promesas, nuevos cielos y nueva tierra, donde habitará eternamente la justicia.
I Jn 5:20 Sabemos también que vino el Hijo de Dios, y nos ha dado discreción para conocer al verdadero Dios, y para estar en su Hijo verdadero. Este es el verdadero Dios y la vida eterna que esperamos.