Ex 32:24
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Les respondí yo: ¿Quién de vosotros tiene oro? Le trajeron, y me lo dieron; lo eché en el fuego, y salió de él ese becerro.
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Deut 9:21
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Y arrebatando vuestro pecado, es a saber, el becerro que habíais hecho, lo eché al fuego, y desmenuzándolo y reduciéndolo todo a polvo, lo arrojé al arroyo que desciende del monte.
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Juec 6:9
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y os libré de las manos de los egipcios, y de todos los enemigos que os maltrataban, y a vuestra entrada los eché de su tierra, y os la entregué a vosotros.
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Ecle 2:1
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Entonces dije yo en mi corazón: Iré a bañarme en delicias, y a gozar de los bienes presentes. Mas luego eché de ver que también esto es vanidad.
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Ecle 2:13
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y eché de ver que tanto se aventaja la sabiduría a la necedad cuanto se diferencia la luz de las tinieblas.
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Cant 3:1
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Mas ¡ay! que todo fue un sueño. En mi lecho eché de menos por la noche al que ama mi alma; lo anduve buscando, y no lo encontré.
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Ezeq 28:16
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Con la abundancia de tu tráfico se llenó de iniquidad tu corazón, y pecaste, y yo te arrojé del monte de Dios; y a ti, ¡oh querubín, que cubrías el trono!, te eché de en medio de las piedras resplandecientes como el fuego.
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Zac 11:13
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Y me dijo el Señor: Entrégale al alfarero ese lindo precio en que me apreciaron. Tomé, pues, los treinta siclos de plata, y los eché en la casa del Señor, para que se diesen al alfarero.
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I Cor 3:10
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Yo, según la gracia que Dios me ha dado, eché en vosotros, cual perito arquitecto, el cimiento del espiritual edificio; otro edifica sobre él. Pero mire bien cada uno cómo alza la construcción o qué doctrina enseña,
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