Gen 23:4
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Yo soy advenedizo y extranjero entre vosotros, concededme os ruego derecho de sepultura entre vosotros, para enterrar a mi difunto.
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Gen 23:6
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Escúchanos, señor, tú eres entre nosotros un príncipe de Dios o un príncipe grande; entierra tu difunto en la que mejor te pareciere de nuestras sepulturas; que no habrá nadie que pueda impedirte el colocar en su sepultura a tu muerto.
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Gen 23:8
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y les dijo: Si tenéis a bien que yo entierre a mi difunto, oíd mi súplica, e interceded por mí con Efrón, hijo de Seor,
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Gen 23:11
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No, señor mío, no ha de ser así, escucha más bien lo que voy a decirte: Yo pongo a tu disposición el campo, y la cueva que hay en él, siendo testigos los hijos de mi pueblo; entierra allí tu difunto.
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Gen 23:13
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y contestó a Efrón, estando alrededor todo el concurso: Te suplico me oigas; yo daré el precio del campo, recíbele, y de esta manera enterraré en él a mi difunto.
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Gen 23:15
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Señor mío, óyeme: La tierra que pretendes vale cuatrocientos siclos de plata: éste es el precio de lo que tratamos entre los dos. Mas ¿qué cantidad es ésta? Entierra tu difunto, y no hablemos más de eso.
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Núm 35:24
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y fuere probado esto en presencia del pueblo, ventilada la causa del homicidio entre el matador y el pariente del difunto,
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Núm 35:27
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fuere hallado y muerto por el que debe vengar la sangre del difunto, éste que le matare, no quedará responsable;
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Deut 25:5
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Si vivieren juntos dos hermanos, y uno de ellos muriere sin hijos, la mujer del difunto no se casará con ningún otro que con el hermano de su marido, el cual la tomará por mujer, y dará sucesión a su hermano;
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Rut 4:5
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Le replicó Booz: Luego que compres esa posesión, debes también casarte con Rut, la moabita, que fue consorte del difunto, para hacer revivir el nombre de tu pariente en su herencia.
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Rut 4:10
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y recibo en matrimonio a Rut, la moabita, mujer que fue de Mahalón para resucitar el nombre del difunto en su herencia, a fin de que no se borre su nombre de entre su familia, de sus hermanos y de su pueblo. Vosotros, repito, sois testigos de este acto.
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II Rey 9:10
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Por tanto cuida tú con tus hijos y criados de labrarle las tierras, y de proveer a Micá, el hijo de tu amo Mifiboset, lo necesario para sus alimentos. En cuanto a Mifiboset, hijo de tu difunto señor, comerá siempre a mi mesa. Es de saber que Siba tenía quince hijos y veinte siervos.
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II Rey 14:2
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envió a Tecua, e hizo venir de allí una mujer, sagaz, a la cual dijo: Finge que estás de duelo, y ponte un vestido de luto, y no te unjas, a fin de que parezcas ser una mujer que hace muchísimo tiempo está de duelo por un difunto.
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II Rey 14:11
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Añadió ella: Por el Señor Dios suyo, pido al rey que reprima con su autoridad la multitud de parientes que quieren vengar con la muerte de mi hijo la sangre del difunto, y haga que no le maten de manera alguna. Le dijo el rey: Vive Dios que no caerá ni un cabello de tu hijo.
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III Rey 2:35
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Después de esto el rey dio a Banaías, hijo de Joíada, el mando del ejército en lugar del difunto; y nombró o confirmó sumo sacerdote a Sadoc, en vez de Abiatar.
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Jud 15:11
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Porque te has portado con varonil esfuerzo, y has tenido un corazón constante; porque has amado la castidad, y no has conocido otro varón que a tu difunto marido; por esto también la mano del Señor te ha confortado, y por lo mismo serás bendita para siempre.
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Ecli 38:24
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El descanso del difunto tranquilice en ti la memoria de él; pero consuélalo antes que se separe de él su espíritu.
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Ecli 48:5
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Tú, en virtud de la palabra del Señor Dios, sacaste vivo del sepulcro a un difunto, arrancándoselo a la muerte.
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Jer 16:7
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Ni entre ellos habrá nadie que parta el pan, para consolar al que está llorando por su difunto; ni a los que lloran la pérdida de su padre y de su madre les darán alguna bebida para su consuelo.
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Jer 22:10
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¡Ah!, no lloréis al difunto rey Josías, ni hagáis por él duelo; llorad sí por el que se va, por Joacaz; que no volverá ya del cautiverio, ni verá más la tierra de su nacimiento .
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II Mac 4:37
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Y Antíoco, afligido en su corazón y enternecido por la muerte de Onías, prorrumpió en llanto, acordándose de la sobriedad y modestia del difunto;"
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Lc 7:12
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Y cuando estaba cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que sacaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; e iba con ella gran acompañamiento de personas de la ciudad.
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Lc 7:15
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Y luego se incorporó el difunto, y comenzó a hablar. Y Jesús lo entregó a su madre.
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Jn 11:39
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Dijo Jesús : Quitad la piedra. Marta, hermana del difunto, le respondió: Señor, mira que ya hiede, pues hace ya cuatro días que está ahí.
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Hech 25:19
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Solamente tenían con él no sé qué disputa tocante a su superstición judaica, y sobre un cierto Jesús difunto, que Pablo afirmaba estar vivo.
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