Salm 31:5
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Te manifesté mi delito, y dejé de ocultar mi injusticia. Confesaré, dije yo, contra mí mismo al Señor la injusticia mía, y tú perdonaste la malicia de mi pecado.
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Salm 118:87
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Poco faltó que no dieran conmigo en tierra; pero yo no dejé jamás tus preceptos.
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Bar 4:23
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Pues con lágrimas y sollozos os dejé ir; mas el Señor os volverá otra vez a mí con gozo y alegría duradera.
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I Cor 13:11
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Así cuando yo era niño, hablaba como niño, juzgaba como niño, discurría como niño. Pero cuando fui ya hombre hecho, dejé mano a las cosas de niño.
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II Tim 4:13
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Cuando vengas, tráete contigo la capa o capote que dejé en Tróade en casa de Carpo, y los libros, sobre todo los pergaminos o papeles.
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II Tim 4:20
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Erasto se quedó en Corinto. Y a Trófimo le dejé enfermo en Mileto.
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Tit 1:5
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La causa porque te dejé en Creta, es para que arregles y corrijas las cosas que falten, y establezcas en cada ciudad presbíteros, conforme yo te prescribí,
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