Mc 9:6
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En esto se formó una nube que los cubrió, y salió de esta nube una voz que decía: Este es mi Hijo amado, escuchadle a él.
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Mc 9:30
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Entretanto iba instruyendo a sus discípulos, y les decía: El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres, y le darán la muerte y después de muerto resucitará al tercer día.
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Mc 9:31
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Ellos no comprendían cómo podía ser esto que les decía, ni se atrevían a preguntárselo.
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Mc 12:35
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Y enseñando y razonando después Jesús en el templo, decía: ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo o Mesías es hijo de David?
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Mc 12:38
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Y les decía en sus instrucciones: Guardaos de los escribas que hacen gala de pasearse con vestidos rozagantes, y de ser saludados en la plaza,
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Mc 14:36
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¡Oh Padre, Padre!, decía, todas las cosas te son posibles, aparta de mí este cáliz. Mas no sea lo que yo quiero, sino lo que tú.
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Mc 15:14
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Y les decía: ¿Pues qué mal es el que ha hecho? Mas ellos gritaban con mayor fuerza: ¡Crucifícalo!
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Lc 3:7
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Y decía Juan a las gentes que venían a recibir su bautismo : ¡Oh raza de víboras!, ¿quién os ha enseñado que así podréis huir de la ira de Dios que os amenaza?
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Lc 6:20
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Entonces levantando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.
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Lc 7:39
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Lo que viendo el fariseo que le había convidado, decía para consigo: Si este hombre fuera profeta, bien conocería quién, y qué tal es la mujer que le está tocando, o que es una mujer de mala vida.
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Lc 9:9
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Y decía Herodes : A Juan yo le corté la cabeza: ¿Quién será, pues, éste de quien tales cosas oigo? Y buscaba cómo verle.
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Lc 9:23
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Asimismo decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí que renuncie a sí mismo, lleve su cruz cada día, y me siga.
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Lc 9:33
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Y así que éstos iban a despedirse de él, le dijo Pedro: Maestro, bien estamos aquí; hagamos tres tiendas o pabellones, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías; no sabiendo lo que decía.
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Lc 9:35
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Y salió de la nube una voz que decía: Este es el hijo mío querido, escuchadle.
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Lc 10:2
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Y les decía: La mies de la verdad es mucha, mas los trabajadores pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
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Lc 23:34
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Entretanto Jesús decía: Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen. Y ellos poniéndose a repartir entre sí sus vestidos, los sortearon.
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Lc 23:38
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Estaba colocado sobre la cabeza de Jesús un letrero escrito en griego, en latín y en hebreo, que decía: ESTE ES EL REY DE LOS JUDIOS.
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Lc 24:44
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Les dijo en seguida: Ved ahí lo que os decía, cuando estaba aún con vosotros, que era necesario que se cumpliese todo cuanto está escrito de mí en la ley de Moisés, y en los profetas, y en los salmos.
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Jn 1:15
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De él da testimonio Juan, y clama diciendo: He aquí aquel de quien yo os decía: El que ha de venir después de mí, ha sido preferido a mí; por cuanto era antes que yo.
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Jn 5:18
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Mas por esto mismo, con mayor empeño andaban tramando los judíos quitarle la vida; porque no solamente violaba el sábado, sino que decía que Dios era Padre suyo, haciéndose igual a Dios. Por lo cual tomando la palabra, les dijo:
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Jn 6:6
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Mas esto lo decía para probarle, pues bien sabía él mismo lo que había de hacer.
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Jn 6:65
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Así decía: Por esta causa os he dicho que nadie puede venir a mí, si mi Padre no se lo concediere.
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Jn 7:28
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Entretanto, prosiguiendo Jesús en instruirlos, decía en alta voz en el templo: Vosotros pensáis que me conocéis, y sabéis de dónde soy; pero yo no he venido de mí mismo, sino que quien me ha enviado es veraz, al cual vosotros no conocéis.
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Jn 7:37
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En el último día de la fiesta, que es el más solemne, Jesús se puso en pie, y en alta voz decía: Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba.
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Jn 8:27
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Ellos no echaban de ver que decía que Dios era su Padre.
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Jn 9:9
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Y otros decían: No es él, sino alguno que se le parece. Pero él decía: Sí, que soy yo.
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Jn 10:6
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Esta comparación les puso Jesús ; pero no entendieron lo que les decía.
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Jn 12:29
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La gente que allí estaba, y oyó el sonido de esta voz, decía que aquello había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado.
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Jn 12:33
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(Esto lo decía para significar de qué muerte había de morir).
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Hech 2:25
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Porque ya David en persona de él decía: Tenía siempre presente al Señor ante mis ojos; pues está siempre a mi diestra, para que no experimente ningún trastorno.
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Hech 7:31
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Se maravilló Moisés al ver aquel espectáculo; y acercándose a contemplarlo, oyó la voz del Señor, que le decía:
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Hech 9:4
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Y cayendo en tierra asombrado oyó una voz que le decía: ¡Saulo, Saulo!, ¿por qué me persigues?
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Hech 10:13
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Y oyó una voz que le decía: Pedro, levántate, mata y come.
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Hech 11:7
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Al mismo tiempo oí una voz que me decía: Pedro, levántate, mata, y come.
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Hech 11:16
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Entonces me acordé de lo que decía el Señor: Juan a la verdad ha bautizado con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo.
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Hech 12:15
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Le dijeron: Tú estás loca. Mas ella afirmaba que era cierto lo que decía. Ellos dijeron entonces: Sin duda será su ángel.
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Hech 13:25
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El mismo Juan al terminar su carrera, decía: Yo no soy el que vosotros imagináis; pero mirad, después de mí viene uno a quien yo no soy digno de desatar el calzado de sus pies.
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Hech 16:9
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donde Pablo tuvo por la noche esta visión: Un hombre de Macedonia, poniéndosele delante, le suplicaba, y decía: Ven a Macedonia, y socórrenos.
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Hech 16:14
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Y una mujer llamada Lidia, que comerciaba en púrpura o grana, natural de Tiatira, temerosa de Dios, estaba escuchando; y el Señor le abrió el corazón para recibir bien las cosas que Pablo decía.
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Hech 17:3
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demostrando y haciéndoles ver que había sido necesario que el Cristo o Mesías padeciese y resucitase de entre los muertos; y este Mesías, les decía, es Jesucristo, a quien yo os anuncio.
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Hech 17:11
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Eran éstos de mejor índole que los de Tesalónica, y así recibieron la palabra de Dios con gran ansia y ardor, examinando atentamente todo el día las Escrituras, para ver si era cierto lo que se les decía.
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Hech 19:21
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Concluidas estas cosas, resolvió Pablo por inspiración divina ir a Jerusalén , bajando por la Macedonia y Acaya, y decía: Después de haber estado allí, es necesario que yo vaya también a Roma.
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Hech 22:7
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Y cayendo en tierra, oí una voz que me decía: ¡Saulo, Saulo!, ¿por qué me persigues?
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Hech 22:18
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y le vi que me decía: Date prisa, y sal luego de Jerusalén ; porque éstos no recibirán el testimonio que les dieres de mí.
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Hech 26:14
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Y habiendo todos nosotros caído en tierra, oí una voz que me decía en lengua hebrea: ¡Saulo, Saulo!, ¿por qué me persigues?; duro empeño es para ti el dar coces contra el aguijón.
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Hech 27:11
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Pero el centurión daba más crédito al piloto y al patrón del barco, que a cuanto decía Pablo.
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Hech 28:24
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Unos creían las cosas que decía, otros no las creían.
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Hech 28:25
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Y no estando acordes entre sí, se iban saliendo, sobre lo cual decía Pablo: ¡Oh, con cuánta razón habló el Espíritu Santo a nuestros padres por el profeta Isaías,
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Rom 15:3
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Considere que Cristo no buscó su propia satisfacción, antes bien, como está escrito, decía a su Padre: Los oprobios de los que te ultrajaban vinieron a descargar sobre mí.
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II Cor 4:13
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Pero teniendo un mismo espíritu de fe que David, quien según está escrito decía: Creí, por eso hablé con confianza, nosotros también creemos, y por eso hablamos,
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