Concordancia

Sagrada Biblia (Torres Amat)

contemplando

Gen 24:21 Entretanto la estaba él contemplando en silencio, ansioso de saber si Dios había prosperado o no su viaje.
II Par 16:9 Ello es así que los ojos del Señor están contemplando a los que creen en él con perfecto corazón. Luego tú has procedido neciamente; y por eso desde aquí adelante se levantarán guerras contra ti.
I Esd 4:14 Nosotros, pues, teniendo presente la sal o el pan que hemos comido en palacio, y porque creemos ser una maldad el estarnos contemplando los perjuicios del rey, por eso enviamos a dar parte al rey:
Jud 10:14 Así que oyeron aquellos soldados sus palabras, quedaron contemplando su cara, tan encantados estaban de su rara belleza.
Salm 83:3 Mi alma suspira y padece desfallecimientos, ansiando estar en los atrios del Señor. Se transportan de gozo mi corazón y mi cuerpo, contemplando al Dios vivo.
Salm 90:8 Tú lo estarás contemplando con tus propios ojos, y verás el pago que se da a los pecadores, y exclamarás:
Prov 15:3 En todo lugar están los ojos del Señor contemplando a los buenos y a los malos.
Isa 21:7 Y él descubrió dos carros de guerra con dos caballeros, uno montado en un asno y el otro en un camello y los estuvo contemplando atentamente por mucho tiempo.
Jer 32:19 Grandioso eres en tus consejos e incomprensible en tus designios; contemplando están tus ojos todas las acciones de los hijos de Adán, para retribuir a cada uno según sus obras y según el mérito de su conducta.
Dan 7:7 Después de esto estuve yo contemplando la visión nocturna; cuando he aquí que apareció una cuarta bestia terrible y prodigiosa, y extraordinariamente fuerte; la cual tenía grandes dientes de hierro, comía y despedazaba, y lo que le sobraba, lo hollaba con los pies; mas no se parecía a las otras bestias que antes había yo visto, y tenía diez astas.
Dan 7:8 Estaba yo contemplando las astas, cuando he aquí que despuntó por en medio de ellas otra asta más pequeña, y así que ésta apareció fueron arrancadas tres de las primeras astas; había en esta asta pequeña ojos como de hombre, y una boca que profería cosas grandes, o jactanciosas.
Hab 1:13 Limpios son siempre tus ojos, no puedes tú ver el mal ni podrías sufrir delante de ti la iniquidad. ¿Por qué, pues, te quedas contemplando a aquellos que obran mal, y callas cuando el impío está tragándose al que es más justo que él?
II Cor 3:18 Y así es que todos nosotros, contemplando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados en la misma imagen de Jesucristo, avanzándonos de claridad en claridad, como iluminados por el Espíritu del Señor.