Lev 21:18
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ni ejercerá su ministerio si fuere ciego, si cojo, si de nariz chica, o enorme, o torcida,
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Deut 15:21
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Pero si el primerizo tuviere alguna tacha o defecto legal, si fuere cojo o ciego, o disforme en alguna parte del cuerpo o estropeado, no será sacrificado al señor Dios tuyo;
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II Rey 4:4
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Quedábale a Jonatás, hijo de Saúl, un hijo tullido de los pies, porque siendo de cinco años, cuando llegó de Jezrael la funesta noticia de Saúl y de Jonatás, lo tomó su ama de leche en brazos y echó a huir, y con la precipitación de la fuga cayó, y el niño quedó cojo. Se llamaba Mifiboset.
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II Rey 5:8
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Para lo cual había ofrecido aquel día del asalto un premio al que batiese a los jebuseos, y ganando lo alto de los muros, arrojase de allí a los ciegos y a los cojos enemigos enconados de David; de donde se dice por refrán: Ni ciego ni cojo entrarán en el templo.
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II Rey 9:13
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Mas éste vivía en Jerusalén , porque todos los días comía a la mesa del rey. Era Mifiboset cojo de ambos pies.
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Job 29:15
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Era yo ojos para el ciego y pies para el cojo.
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Prov 26:7
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Así como en vano tiene un cojo hermosas piernas, así desdicen de la boca del necio las palabras sentenciosas.
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Isa 35:6
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Entonces el cojo saltará como el ciervo, y se desatará la lengua de los mudos; porque también las aguas rebosarán entonces en el desierto y correrán arroyos en la soledad.
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Jer 31:8
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Sabed, dice el Señor, que yo los conduciré a todos de las tierras del Norte, y los recogeré de los extremos de la tierra; entre ellos vendrán juntos el ciego y el cojo, la embarazada y la que dio a luz; grande será la muchedumbre de los que volverán acá.
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Mt 18:8
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Que si tu mano o tu pie te es ocasión de escándalo o pecado, córtalos y arrójalos lejos de ti; pues más te vale entrar en la vida eterna manco o cojo, que con dos manos o dos pies ser precipitado al fuego eterno.
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Mc 9:44
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Y si tu pie te hace pecar, córtalo: Más te vale entrar cojo en la vida eterna, que tener dos pies y ser arrojado al infierno, al fuego inextinguible,
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Hech 3:2
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Y había un hombre, cojo desde el vientre de su madre, a quien traían a cuestas, y ponían todos los días a la puerta del templo, llamada la Hermosa, para pedir limosna a los que entraban en él.
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Hech 14:8
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Había en Listra un hombre cojo desde su nacimiento , que por la debilidad de las piernas estaba sentado, y no había andado en su vida.
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