Lc 10:38
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Prosiguiendo Jesús su viaje a Jerusalén , entró en cierta aldea, donde una mujer, por nombre Marta, lo hospedó en su casa.
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Lc 10:40
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Mientras tanto Marta andaba muy afanada en disponer todo lo que era menester, por lo cual se presentó a Jesús y dijo: Señor, ¿no reparas que mi hermana me ha dejado sola en las faenas de la casa? Dile, pues, que me ayude.
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Lc 10:41
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Pero el Señor le dio estas respuestas: Marta, Marta, tú te afanas y acongojas en muchísimas cosas;
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Lc 10:41
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Pero el Señor le dio estas respuestas: Marta, Marta, tú te afanas y acongojas en muchísimas cosas;
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Jn 11:1
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Estaba enfermo por este tiempo un hombre llamado Lázaro, vecino de Betania, patria de María y de Marta sus hermanas.
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Jn 11:5
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Jesús tenía particular afecto a Marta y a su hermana María y a Lázaro.
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Jn 11:19
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Y habían ido muchos de los judíos a consolar a Marta y a María por la muerte de su hermano.
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Jn 11:20
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Marta, luego que oyó que Jesús venía, le salió a recibir; y María se quedó en casa.
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Jn 11:21
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Dijo, pues, Marta a Jesús : Señor, si hubieses estado aquí, no hubiera muerto mi hermano.
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Jn 11:24
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Le respondió Marta: Bien sé que resucitará en la resurrección universal, que será el último día.
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Jn 11:30
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Porque Jesús no había entrado todavía en la aldea, sino que aún estaba en aquel mismo sitio en que Marta le había salido a recibir.
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Jn 11:39
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Dijo Jesús : Quitad la piedra. Marta, hermana del difunto, le respondió: Señor, mira que ya hiede, pues hace ya cuatro días que está ahí.
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Jn 11:45
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Con eso muchos de los judíos que habían venido a visitar a María y a Marta, y vieron lo que Jesús hizo, creyeron en él.
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Jn 12:2
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Aquí le dispusieron una cena, Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban a la mesa con él.
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